martes, 13 de junio de 2017

CRÓNICA DE UN FIN DE SEMANA EN MADRID



Este último fin de semana tuve el privilegio de visitar nuevamente Madrid, una ciudad que siempre me recibe con los brazos abiertos y unas temperaturas de escándalo. Allí empezaba la promoción de Los hijos de la Atlántida y lo hacía por partida doble, conjugando dos eventos en pocas horas. El viernes presenté la novela en Casa del Libro y el sábado estaba programada una sesión de firmas en la Feria de Libro. Teniendo en cuenta que no conozco a mucha gente de la capital, esa doble comparecencia representaba todo un reto.

Soy un tío afortunado, porque emprendí el viaje acompañado de Sílvia, mi primera dama y la más fiel compañera de ilusiones cumplidas que alguien puede tener. También vinieron David, Sampe y Núria, unos amigos incondicionales que han querido vivir conmigo esta bonita experiencia. De verdad que soy un privilegiado por poder contar con la compañía de toda esta gente que me quiere. Con ellos todo es más bonito y más emotivo.



Me presentó una gran escritora que además es una amiga excepcional. Ella es Mercedes Gallego y os aseguro que ejerció como maestra de ceremonias a la perfección haciendo muy fácil la presentación. Entre el público estaba Myriam, Gema, Marina, Ana, Carmen y Mayte (rezo a Dios para no dejarme a nadie), también estaban Joan y Marian, la pareja que nos acogió en su casa durante todo el fin de semana, y que tuvieron el detalle de acompañarme. Todos ellos, junto a la tropa que ya me traía de Barcelona, se formó un bonito grupito de asistentes que angeló la presentación. No hubo bostezos y eso es de agradecer.


Al terminar fuimos a mojarlo con cerveza y allí nos juntamos con Gema y Elena, nos echamos unas risas y unas fotos mientras hablábamos de libros y de la conexión Madrid-Barcelona. Aunque no venga a cuento, os puedo decir que en esa mesa se hermanaron dos ciudades que la política nunca podrá conseguir. Luego acabamos la jornada con un poco de tapeo en un restaurante situado muy cerca de la Puerta del Sol.

Amaneció el sábado con un calor horroroso y nos fuimos tempranito a la Feria del Libro. Allí recibí más visitas: Loli, Manuel, Loreto, Miriam y algunas de las personas que también me acompañaron la tarde anterior. No tengo palabras para describir lo abrumado que me sentí por su cariño y su apoyo. Firmé mucho, incluso a personas que no conocía, que es muy buena señal. Estuve también con Sandra Barneda, que tuvo la gentileza de posar con mi libro. No la conocía, pero os puedo asegurar que es muy simpática, además de lo que se ve a simple vista. 





Luego de reponer fuerzas y hacer unas compras por el centro, nos dimos una ducha y nos fuimos al teatro Príncipe Pío, invitados por Carolina Mesa, directora técnica del chiringuito, que nos trató a cuerpo de rey. Por cierto, si tenéis la oportunidad, no os perdáis este espectáculo: “Clan destino”. Una mezcla de Cirque du Soleil, cabaret y teatro de revista, todo aderezado con un hilo conductor humorístico que garantiza risas. Carol, mil gracias.



Durante estos tres días no faltaron los bocadillos de calamares, las cervezas y las risas. Quizás no es muy literario decirlo, pero nada de esto sería divertido si no lo hubiese vivido rodeado de grandes amigos.

Y no quisiera cerrar esta crónica sin hacer una mención especial a Joan y Marian, “los Benta”. Si buscamos en la enciclopedia el término “anfitrión” es posible que salga su foto al lado a todo color. Gracias y gracias por todo lo que dais sin esperar nada a cambio. Una abraçada, amics. 

Regresamos con una sonrisa colgando de la cara y no tan cansados como creía cuando planificamos el viaje. Ahora sí, una vez conquistada la ciudad de Madrid, mañana es el turno de Barcelona. A las 20:00 en FNAC Triangle de Plaza Cataluña. Allí os espero.


3 comentarios:

  1. Qué maco! Si puc vindré aquesta tarda. Molta sort, Josep!

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  2. Deseando que volváis. Y de acuerdo contigo totalmente, nos sobran los políticos. Comenté con una amiga la presentación y hablé de mis amigos catalanes. Así os considero. Un besazo de una «gata».

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  3. Siempre es un placer volver a ver a unos buenos amigos, pero si además tienes el honor de presentar su novela, el placer es doble y si la novela te ha entusiasmado... Es como jugar a póquer y ganar.

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