En alguna ocasión me han
preguntado cómo se nos ocurren las ideas a los escritores, si escogemos las
temáticas fruto de un estudio exhaustivo de lo que a los lectores les gustaría
leer o si todo es fruto de una idea surgida en el momento y el lugar más
insospechados. Creo que todo autor tiene en cuenta si aquello que pretende contar
gustará o no, pero la idea y las ansias por convertirla en historia, suelen
prevalecer por delante de criterios comerciales.
Un buen día surge esa idea, y lo
hace en el momento y el lugar más insospechado, quizás sin venir a cuento. A
veces proviene de algo que te cuenta alguien o surge espontáneo, viendo una
película, leyendo un libro, preparando la cena o en la parada del autobús..
Algo nos llama la atención, se instala en nuestra mente y se convierte en
viral. Sin darnos cuenta, empezamos a crear conexiones argumentales, surgen los
primeros personajes y entonces…TODO EMPIEZA.
Los hijos de la Atlántida surgió
del azar, un mediodía después de comer. Alguien en Twitter colgó una cita de
Platón, la verdad es que no la recuerdo, pero pensé en algo que leí hace muchos
años cuando aún era estudiante. Un profesor nos hizo leer Los diálogos de
Citrias y el Timeo para hacer un trabajo de mitología. Reconozco que en esa
época no entendí demasiado de lo que me contaba el bueno de Platón, así que se
me ocurrió volver a leerlo. Y entonces…¡Zas! Entró ese veneno del creador de
historias.
Extracto de los textos de
Platón:
- CRITIAS.
Critias comenta como los
sacerdotes egipcios cuentan a Solón la guerra de los Dioses.
Nueve mil años atrás hubo una guerra entre entre los pueblos que
habitan más acá y más allá de las columnas de Hércules: Atenas y la federación
de reyes de la Atlántida. La Atlántida, que se sumergió en el mar por causa de
terremotos, tenía un tamaño más grande que la Libia y el Asia y quedó reducida
a un escollo que impide la navegación en esa parte de los mares.
Es preciso que os dé una explicación de esta guerra desde el principio
hasta el fin. De una parte estaba esta ciudad; ella tenía el mando y sostuvo
victoriosamente la guerra hasta lo último. De la otra parte estaban los reyes
de la isla Atlántida. Ya hemos dicho, que esta isla era en otro tiempo más
grande que la Libia y el Asia; pero que hoy día, sumergida por los temblores de
tierra, no es más que un escollo que impide la navegación y que no permite
atravesar esta parte de los mares.
Y luego nos explicó cómo era La
Atlántida
El suelo estaba muy elevado sobre el nivel del mar. Alrededor de la
ciudad había una llanura que la circundaba a su vez rodeada de montañas que se
prolongaban hasta el mar. En la parte de la isla que miraba al Mediodía había una
llanura cuadrilonga, de tres mil estadios de un lado y dos mil de otro, con
populosas poblaciones, ríos y lagos. Estaba rodeada por un foso artificial al
que vertían las aguas de las montañas. Tocaba en la ciudad por sus dos
extremidades. Para transportar los troncos de madera de las montañas se hicieron
fosos que se comunicaban entre sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario