Para que una historia resulte atractiva, adictiva y, sobre
todo única es importante poner en funcionamiento toda nuestra maquinaria
imaginativa para dotar a los escenarios, a los personajes y a la trama de todos
aquellos elementos que la hacen creíble y agradable de leer.
Cada lector es un mundo y
convéncete de que la percepción de tu vecino de arriba puede diferir
exponencialmente con la de tu vecino de abajo. Cada uno de ellos, desde su
manera de entender la lectura y su propia idiosincrasia necesitará o le
sobrarán los elementos descriptivos, de modo que hay que procurar no caer
en el exceso ni en el déficit de información.
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Tres reglas de oro:
1.- No abusar de los adjetivos,
sobre todo, de los adverbios de orden que usan el sufijo +mente.
2.- Recuerda que tú tienes muy
claro lo que quieres explicar pero el lector necesita saberlo.
3.- El lector necesita
información pero no es tonto, también debe ejercitar su imaginación.
Efectivamente, las dos últimas, dos reglas
antagónicas y que nos explican que debemos ser capaces de equilibrar la
información que les transmitimos.
La descripción de los
personajes:
El protagonista: Debemos
definirlo sin hacer de su descripción física y su comportamiento una mera
enumeración de rasgos y cualidades. Tras describir los tres o cuatro trazos más
relevantes, será el mismo personaje el que se irá describiendo por sí solo
durante el transcurso de la historia. Lo que llamamos el crecimiento del
personaje.
El secundario: Requiere un
tratamiento descriptivo parecido al del protagonista, aunque su papel no
requiere de un crecimiento personal continuado. Si un personaje se define y
crece cada vez más durante el transcurso de la trama, hay que tener en cuenta
que se convierte en un protagonista. Los personajes secundarios que adquieren
vida propia son muchas veces los preferidos del autor, aquellos que más nos
sorprenden.
El figurante: Es un personaje
plano que aparecerá en una o dos escenas y que tienen un diálogo breve, como el
conserje de un edificio, el taxista o el camarero que le sirve un whisky al
protagonista. A no ser que sea relevante, es innecesario abordar en exceso sus
características físicas y de personalidad.
La descripción de los
escenarios:
Interiores: Metemos dos
personajes en una habitación y empiezan a interactuar. El diálogo entre ellos y
lo que hacen dentro de ese cuarto es importante, pero también lo es describir
el interior de esa habitación. El mobiliario, las ventanas, la luz exterior, la
luz interior, el crujir que hace la tarima flotante cuando un protagonista
deambula por la habitación. No obstante, no es necesario caer en la floritura.
Si no es relevante, no hace falta explicar que la alfombra es persa y que el
protagonista la adquirió en su luna de miel a un comerciante iraní en 1996.
Exteriores: Una ciudad, un
bosque, una pradera o un desierto. Todos estos escenarios tienen consigo sus
olores, sus colores, sus sonidos y sus gentes. Debemos ser capaces de
transmitir a los lectores todos esos elementos que conviven con nuestros
protagonistas, eso sí, sin caer en el exceso.
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La importancia de la descripción
en las novelas ha variado con el paso del tiempo. Hace sesenta años nuestros
hogares no tenían televisores y no teníamos acceso a Internet. Muchos
escenarios, muchos países y muchos objetos eran desconocidos por los lectores y
el escritor debía hacer un gran esfuerzo descriptivo para transmitir el entorno
al lector. Hoy en día, todos sabemos como es una playa, conocemos la
distribución urbanística de New York y nuestra visión del mundo exterior es mucho
más amplia, de modo que el lector no necesita que le bombardeemos con
información inútil que entorpece y ralentiza el desarrollo de la trama.
Estoy de acuerdo contigo. Lo mismo que el escritor tiene acceso a la información a través de Internet, lo tiene el lector y es penoso ver a algunos autores que realizan un corta y pega de la red, como si ellos fuesen los únicos que tienen acceso a esa información.
ResponderEliminarEn cuanto a la descripción de los personajes, he terminado de leer una novela que el único fallo que le he encontrado radica en este punto: las largas piernas, los ojos acerados, el busto armonioso y así hasta el infinito.
Muy interesante.
ResponderEliminarBesos