miércoles, 24 de enero de 2018

ÚLTIMAS LECTURAS DEL 2017


Estos últimos meses he podido leer más bien poco, al menos a lo que refiere a lecturas recreativas. Un par de novelas me han acompañado en mi día a día durante los últimos meses del 2017. Cabe decir que hoy hablaré de dos géneros completamente opuestos, así como sus estilos narrativos, también completamente diferentes.

EL ASESINATO DE SÓCRATES, de Marcos Chicot.
Partiendo de una idea brillante, la ejecución de la trama es francamente buena. En una combinación muy elegante, las transiciones del narrador y de los personajes están equilibradas, hasta el punto que, en muchas ocasiones, son los personajes quienes conducen la novela.
Para los que nos gusta la Historia y la vida de personajes relevantes de la humanidad, una historia como esta es un caramelo en la boca. No solo nos recrea uno de los pasajes más fascinantes de nuestro pasado, además nos inyecta ficción creíble para encajarla en la trama. Todo empieza con un oráculo que vaticina la muerte de Sócrates y el nacimiento de un niño que se ajusta a las características de su asesino. ¿Pero será él? No entraré a fondo con la trama para que quién quiera leer esta magnífica novela pueda quedar enredado entre los diferentes giros argumentales que la tejen, pero sí me gustaría destacar la magnífica ambientación y su fondo documental.
Digna obra para ser finalista del Planeta.


LAS CICATRICES DE LA TORMENTA, de Octavi Franch.
Siempre he dicho que en mis lecturas siempre busco tres imprescindibles: una historia con ritmo, que me haga pensar y que tenga una voz narrativa que me sorprenda. Este es el caso de este thriller policiaco que llegó a mis manos casi por casualidad. La trama transcurre en muy pocos días y los acontecimientos se suceden vertiginosamente, de manera que la tensión de lectura es continua.
Todo empieza cuando un afamado escritor catalán es citado para hacerse cargo de una “peculiar” herencia. Ese legado se convierte en su peor pesadilla puesto que su vida cambia por completo, incluso su pasado, del que conocerá la verdad. Asesinatos, organizaciones oscuras y revelaciones familiares son los ingredientes de este buen cóctel sangriento que esconde un guiño burlón hacia los escritores.
La voz narrativa es sorprendente, por su descaro, por su ironía y por su tono humorístico; lo que representa un buen contrapunto a una novela “sangrienta”. Al estar escrito en primera persona, este estilo cobra sentido porque no es el narrador quien comunica con esa peculiaridad verbal, sino que es el propio protagonista –que es escritor-.

Muy entretenida.

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