Al hilo de mi último post La portada como elemento identificativo, en esta ocasión ahondaré en otros
aspectos a tener en cuenta a la hora de escoger una portada. Hay elementos que
el marketing editorial ha trabajado durante años y que los lectores han
aprendido a identificar.
Escoger una gama de colores:
A nadie escapa que cada color
puede transmitir una sensación determinada. Afectan al ánimo de las personas y
cuando se trata de consumir, una gran parte de nuestro instinto se deja llevar
por nuestras emociones. El azul, por ejemplo, representa pureza, confianza y
seguridad; el rojo lo asociamos al coraje, al amor, la pasión y el crimen; el amarillo
nos identifica con la felicidad y el optimismo. El verde inspira paz, frescura
y crecimiento; el blanco nos transmite pureza e inocencia, mientras el negro lo
podemos asociar al poder, la elegancia, el secreto y el misterio.
Destacar un tipo de letra:
Los procesadores de textos
actuales nos ofrecen cientos de posibilidades a la hora de elegir el tipo de
letra para nuestra portada. La grafía de nuestro título es un elemento
identificativo, un gancho más para trasladar al autor a otra época o para
sumergirlo en una historia de pasión, de humor o asesinatos.
Ilustración y fotografía:
La elección de los elementos
visuales de la portada es otro factor a tener en cuenta. No hay que olvidar que
el ojo humano es muy rápido y sus impulsos llegan al cerebro antes que la propia
racionalidad. ¿No os ha ocurrido que habéis ido a una tienda a comprar una cosa
y habéis comprado otra que os ha llamado la atención? Una imagen que
identifique el contenido de nuestro libro es una manera eficaz de llegar al
subconsciente del lector. Eso sí, esa imagen deberá corresponderse con el
contenido del libro.
* * *
Cada género literario tiene su
propio cliché y la experiencia nos demuestra que estos mecanismos de diseño
suelen funcionar. Además, resulta muy útil al lector porque simplifica su
búsqueda. Él espera encontrar un color, un tipo de letra y ese elemento
identificativo que está estrechamente ligado a su target como lector.
Pongamos varios ejemplos de este
compendio de elementos incorporados a un género determinado y empezaremos por
el más evidente: la novela negra.
Prevalecen los colores negros del
misterio y del poder, con el rojo del crimen, de la pasión; títulos cortos e
impactantes, letras que destacan y elementos identificativos como una montaña
de sal, el cañón de una escopeta o los hilos de una marioneta. Personalmente,
siempre he encontrado sublime la portada de El Padrino.
La novela histórica tiene también
unos estereotipos muy marcados que funcionan desde hace muchos años. Tonos
tostados, marrones y ocres que nos transportan al pasado; elementos de identificación
visual: una espada, un centurión o un religioso con un libro antiguo en sus
manos. Además, el tipo de letra está perfectamente seleccionada y nos recuerda
a gafrías utilizadas en otras épocas.
Si nos fijamos en los libros
inspiracionales o de autoayuda, descubriremos que los patrones son bastante
diferentes a los utilizados para captar la atención de los lectores de novela. Las
letras son importantes y sus títulos son como luces de neón para nuestros
sentidos. Pretenden llegar a los lectores en forma de mensajes que éstos
necesitan percibir y los colores de la portada nos inspiran confianza,
esperanza y optimismo.
Todos estos tips nos serán útiles
para ser identificables en una librería o en una web y serán una pre-sinopsis rápida
y eficaz.
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