sábado, 7 de junio de 2014

Crónica de la presentación en Barcelona de "La herencia de Jerusalén"


Viernes, 6 de junio de 2014. Presentación oficial de “La herencia de Jerusalén”.



Ayer fue uno de esos días que, pase lo que pase, recordaré toda mi vida. Es difícil de explicar todo lo que vivimos ayer por la noche en el magnífico auditorio de Casa del Libro, porque sinceramente, no se me acaba la lista de adjetivos que la definen. Lo resumiré con uno: “espectacular”.

Cuando hace un par de años visité por primera vez el auditorio-jardín de Casa del Libro, tuve claro que mi objetivo era presentar allí mi primera novela. Soy obstinado con mis caprichos, de modo que no paré hasta conseguirlo. Es un lugar amplio, cálido y precioso; el lugar soñado para cualquier autor.



Lola Mariné, escritora, actriz, pero sobre todo amiga fue mi maestra de ceremonias y la encargada de dar el pistoletazo de salida a un evento que tenía que salir a la perfección. En ese sentido, no me quiero olvidar de mencionar la excelente organización de Casa del Libro, en la que no faltó ningún detalle. Antes de que llegase nadie, la sala imponía respeto, no en vano, ver más de ochenta sillas vacías provocan un poco de vértigo, pero poco a poco y, a medida que se acercaba la hora, se empezó a llenar; ¡y de qué manera! Me acompañaron unas cincuenta personas, entre amigos, familiares y curiosos que decidieron sentarse tras exhibir el booktrailer de la novela.



La presentación transcurrió de manera distendida, con esa naturalidad que solo se consigue cuando no te ciñes a un guión preestablecido y donde todo fluye a través de las emociones. Explicamos el largo camino que lleva recorrido la novela, descubrimos algunos de los secretos que esconde el libro que El Vaticano quiso destruir y nos echamos unas risas, como debe ser. Me resultó muy reconfortante poder compartir un día tan especial con compañeros de letras con los que vivo un día a día paralelo y virtual. Ellos son compañeros de aventuras, de inquietudes y de mil batallas más. Junto a Lola Mariné, me acompañó Juanjo Díaz Tubert, Alejandro Cano, Pat Casalà y David Lucas. También mi familia, como siempre arrimando el hombro y mis hijos y Clàudia y cómo no, Silvia, mi Primera Dama.






Me hice un hartón de firmar libros, de dar besos, de estrechar manos y de abrazar a gente que parecía más emocionada que yo. La caja de la tienda era una fila sin fin de personas con mi libro en las manos y mientras, los empleados me miraban con cara de alucinados. ¡Cómo mola!



En Casa del Libro nos echaron a escobazos porque esa gente quería marchar y yo seguía firmando libros sin parar mientras mis sobrinos cantaban canciones infantiles con los micrófonos. ¿He dicho que mola? Y saliendo de allí, como no podía ser de otra manera, nos fuimos a celebrarlo, a tomar unas cervecitas que se convirtieron poco a poco en una improvisada cena y seguir con nuestras risas.



2 comentarios:

  1. Qué lindo todo lo que cuentas, Josep!, ya me imagino a toda esa gente tratando de verte personalmente y tú firmando sin parar, qué alegría que un compañero esté cumpliendo sus sueños, una vez más enhorabuena!

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  2. Fue una velada muy agradable y todo salió genial. Nada como estar entre amigos y arropado por la familia para sentirse cómodo y a gusto, se notaba el cariño y el calor del público, algo que no puede extrañar a nadie que conozca a Josep. Uno recoge lo que siembra.
    Me alegro de que lo disfrutaras, Capi :)

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