martes, 18 de marzo de 2014

Nuevos vientos en el mundo editorial

Ayer estaba leyendo este artículo, en el que explicaba que un grupo de pequeñas editoriales habían abierto una tienda para vender sus publicaciones y me preguntaba si el futuro editorial nos deparará más cambios. No es el primer caso y no será el último, y es que la eficacia de la distribución está haciendo replantear los esquemas a libreros, editoriales y a autores. Muchas editoriales están condenadas al fracaso porque las obras que representan no llegan a las principales librerías y eso sucede porque los libreros acostumbran a apostar por los grandes sellos, aquellos que les traen libros superventas. El concepto del libro por descubrir, del libro de autor o de la sorpresa del año está en la UCI, grandes historias se están perdiendo en ediciones de doscientos o trescientos ejemplares porque los distribuidores no pueden llegar a las librerías, ni tan siquiera en depósito. 
Los contratos editoriales no prometen nada, no pueden prometer que el libro llegará a las tiendas de Casadellibro, de El Corte Inglés o de FNAC, porque no depende de que su distribuidor visite o no esos grandes centros, es que su catálogo no tendrá entrada, salvo excepciones.
¿Qué puede tener de bueno que un grupo de editoriales funde su propia cadena de tiendas? Por un lado, consiguen que sus libros lleguen al gran público, y por otro lado, reducen el coste del producto: la figura del distribuidor desaparece y el PVP disminuye un 15%, haciendo el producto más atractivo.
Y yo me pregunto: ¿llegará el día en que los autores se conviertan en profesionales de la edición y vendan directamente a las librerías un producto de calidad? ¿La autoedición pasará a llamarse edición independiente? El tiempo lo dirá...

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