(ROMA) Las catacumbas de San Calixto es uno de los
escenarios donde transcurre una parte de la trama de La herencia de Jerusalén,
una construcción de más de 1800 años de antigüedad y que abarca una extensión
de galerías de 18 kilómetros.
En el siglo II, las enfermedades infecciosas
causaron verdaderos estragos en Europa Occidental y los índices de mortalidad
crecieron de manera preocupante. Por este motivo, las autoridades romanas
decidieron cambiar la legislación mortuoria para intentar paliar la repercusión
epidemiológica. Uno de esos grandes cambios, fueron las inhumaciones bajo
tierra, y las Catacumbas de San Calixto se convirtieron en una de las
necrópolis pioneras en la región de La Lacio. Los cementerios subterráneos se
ordenaban a través de largas galerías a doble altura, con bifurcaciones que
conducían a diferentes basílicas, donde los primeros cristianos oficiaban
ceremonias religiosas.
En el interior de las catacumbas se encuentran
las sepulturas de diferentes pontífices y mártires, entre ellas, la del Papa Cornelio
o Pio IX.
Todo esto y mucho más lo encontrarás en mi novela La herencia de Jerusalén.
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