viernes, 29 de enero de 2016

NOVELA: BRAINSTORMING

Hacía un buen tiempo que no me prodigaba por la bitácora personal y espero que sepáis perdonarme por ello. Durante los últimos meses el trabajo se ha apoderado de mi tiempo, pero os aseguro que todos eran asuntos que merecían este pequeño sacrificio.

Para los que me preguntáis por el estado de mis próximas obras, os iré dando información a cuentagotas; de momento os anunció que la novela histórica que terminé de escribir en octubre ya está en manos de una editorial y, si todo va como está programado, estaremos en librerías este mes de junio. De momento en catalán, a la espera de acabar de cerrar flecos con la edición en castellano. También os avanzo que estoy inmerso en el proceso de escritura de otra historia, esta vez más cercana, y que pretendo cocinar a fuego lento. Está quedando de lujo.

Aprovechando que me he arrancado a escribir en el blog, siguiendo con el espacio de consejos de escritura, hoy me gustaría explicar qué es el brainstorming, que podríamos traducirlo a nuestro idioma como “lluvia de ideas”.



A los que escribimos nos suele pasar habitualmente, que continuamente se nos ocurren ideas para próximos trabajos. A veces en momentos cotidianos, ya sea viendo una película, pelando patatas o esperando en la cola del pan. Otras ideas nos vienen forzadas, cuando alguien, conocedor de nuestra faceta de escritores, nos dice la frase: “Apunta, apunta, que esto te daría para una novela”. Ideas, ideas, ideas… Sí, muchas pueden ser buenas, pero generalmente desaparecen de nuestra memoria con la misma rapidez con la que aparecieron. En mi caso –y supongo que es el de muchos otros escritores-, cuando surge la IDEA, aquella que realmente nos despierta ese sexto sentido, todo se detiene. Es el momento de anotarla y empezar a maquinar.

Ocurre en ocasiones, que muchos libros son fruto de una gran idea –y los lectores así lo identifican-, pero su desarrollo acaba siendo pobre, de manera que nos quedamos con esa agria sensación de no haber conseguido sacar todo el jugo al asunto.

Ante una gran idea, volvámonos locos y seamos un poco freak. Vale la pena marcarse un Dalí durante unas horas. Encerrémonos en una habitación con un embudo por sombrero y llenemos las paredes de post-it, dejemos que nuestra imaginación se desborde. Tenemos que anotar todo aquello que se nos ocurre, por inverosímil que parezca. Creemos personajes divertidos, toscos, malos y bonachones; imaginemos escenarios, épocas y sucesos que residen en nuestra memoria. Cread, cread, malditos…

Después del ataque de locura es el momento de encontrar nuestro lado más racional. Recopilemos todas las anotaciones y pongámoslas todas en común.

En una primera fase nos quedaremos con diez ideas y seis personajes. Busquemos a los protagonistas e intentemos identificar cuáles de ellos son más aptos para interpretar las ideas. Pensad en el narrador, el director de orquesta, y considerad si será un acompañante o la voz del protagonista.

En una segunda fase discriminaremos escenarios, personajes e ideas, desechando todo aquello que realmente no nos aporte nada. Importe: desechar no es lo mismo que descartar. Guardad lo que no os convenza, que nunca se sabe…

Durante el proceso de escritura, muchas de las ideas seleccionadas se transformarán e irán evolucionando, los personajes crecerán o perderán un poco de fuerza, pero es importante que seamos fieles al resultado de esa lluvia de ideas que engendraron nuestra obra.


                                “La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco 
                                cree que no lo está, mientras yo sé que lo estoy”

                                                                                  Salvador Dalí

                                                                                 Pintor catalán


4 comentarios:

  1. Me gustan esas buenas noticias. En cuanto a las ideas, creo que nos faltarán vidas para agotarlas todas y a esos que nos dicen que tienen una historia para nuestras novelas... Yo les sugiero que la escriban ellos, que ideas nos sobran. Otra cosa es que nos pudieran regalar tiempo.

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  2. ¡Enhorabuena! Me gustan tus buenas noticias y tenerte de vuelta en el blog. Aunque no te voy a poder leer. Bueno, poder, poder... pero lo que es entender, como que no (incapacidad absoluta para otros idiomas).
    Muchos besos

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  3. Gracias Josep por las ideas que vas dejando, me sirven para aprender cada día un poquito más. Ya verás el día que suelte mi novela jajajaja. Un abrazo

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