"Los otros"

No son fantasmas pero tampoco puedes verles, les sientes, pero nadie más puede hacerlo. Son seres como tú y yo, igual de importantes que aquellos que se manifiestan abiertamente, en público; ellos son "los otros". 

Ellos son lectores que no muestran en público lo que un libro les transmite, no al menos en una página web a modo de comentario público, son lectores que compran el libro sin anunciarlo a bombo y platillo, que lo leen sin explicarte que les está entusiasmando, gente que quizá hablará bien del libro en la cola de la pescadería, en el butacón de la peluquería o en un restaurante, con sus amigos.

Ayer, mi madre me contaba que uno de mis tíos había leído mi novela "Las leyes de Hermógenes". Me explicaba con orgullo de madre, todas aquellas cosas que le dijo en una comida: que los personajes eran magníficos, que la historia era preciosa y cargada de sentimientos, que era muy fácil de leer o que se había identificado con Toni, uno de los protagonistas. Reconozco que me incomodó que me contara que encontraban mucha similitud entre Toni y yo mismo, un personaje al que desnudé, de quien expliqué cómo sentía, cómo amaba y cómo sufría; pero también me enorgullecí, me sentí lleno. Fue un comentario de cinco estrellas, invisible en la red, palpable en mi alma.

Por eso, quiero agradecer a todos aquellos lectores invisibles por hablar de mí en la peluquería, en la cola de la panadería o en un restaurante. Gracias a Marta, a Enrique, al marido de Lola (no recuerdo su nombre), a Jaume...